Orfeo

Hijo de Apolo y la musa Calíope.

En griego Ορφέυς, es un personaje de la mitología griega que heredó de sus padres el don de la poesía y la música.

Cuando tocaba su lira, todos los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar su alma.

Orfeo enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al terrible Cerbero al bajar al inframundo a intentar resucitarla.

Eurídice es también conocida como Agriope. Hay varias versiones sobre Orfeo y Eurídice, una de ellas dice que mientras huía de Aristeo (en otras mientras paseaba con Orfeo), fue mordida por una serpiente y murió.

Orfeo se lamentaba amargamente en las orillas del río Estrimón por la pérdida de su amada y comenzó a tocar canciones tan tristes, cantando tan lastimosamente, que todas las ninfas y dioses lloraren y le aconsejaron que descendiera al inframundo.

Cuando iba camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros y para todos ellos utilizó su música, ablandando el corazón de los demonios y haciendo llorar a los tormentos por primera y única vez.

También ablandó el corazón de Hades y Perséfone, que permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra, pero sólo bajo la condición de que debía caminar delante de ella y que no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos del sol bañasen a Eurídice.

Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que estuviera bien Eurídice.

Al final llegaron a la superficie y desesperado Orfeo volvió la cabeza para verla, pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino del inframundo. Entonces, Eurídice se desvaneció en el aire y esta vez, para siempre.

Esta historia procede del tiempo de Virgilio, que introdujo el nombre de Aristeo. Pero otros autores también han hablado de la visita de Orfeo al submundo. Platón dijo que los dioses del infierno sólo le "presentaron una aparición" de Eurídice y que no se la entregaron a Orfeo, porque les parecía que se mostraba cobarde, como buen citaredo y no tuvo el arrojo de morir por amor, sino que buscó la forma de penetrar con vida en el Hades.

Según la obra perdida de Esquilo "Las Basárides", Orfeo honró a todos los dioses menos al sol, a quien llamó Apolo.

Ovidio, en el libro X de la Metamorfosis, dice que Orfeo se quejaba de la crueldad de los dioses y se retiró al alto Ródope y al Hemo.

Ascendió el monte Pangeo una mañana temprano. Allí había un oráculo de Dionisio. Saludó a su dios al amanecer pero fue despedazado por las ménades tracias, por no haber honrado a su anterior patrón Dionisio.

La muerte de Orfeo es análoga a la de Dionisio, para quien ha ejercido la función de sacerdote o avatar.

Platón dice que los dioses le impusieron a Orfeo el castigo de morir a manos de mujeres por no haber tenido el arrojo de morir por amor como Alcestis, hija de Pelias, que murió en lugar de su marido.

También cuentan otras versiones que Orfeo regresó destrozado al pueblo y los habitantes le pidieron que tocara sus hermosas melodías, pero él estaba muy deprimido y empezó a golpear su lira con una piedra, provocando un ruido tan horrendo que todo lo que había alrededor se empezó a marchitar y el pueblo lo asesinó para poder detener ese ruido.


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Las Ninfas

Según la mitología griega, una ninfa es cualquier miembro de un gran grupo de espíritus femeninos de la naturaleza que a veces están unidos a un lugar u orografía particular.

Solían acompañar a dioses y diosas y con frecuencia eran el objetivo de sátiros lujuriosos.

Las ninfas suelen ser o mujeres casadas o en edad casadera. En otras referencias son doncellas.

El hogar de las ninfas son las arboledas en las montañas, en los ríos y manantiales y en las frías grutas y en los valles. Son las personificaciones de las actividades creativas y alentadoras de la naturaleza.

Solían ser el séquito de divinidades superiores como Dionisio, dios juerguista y de los árboles, Artemisa la cazadora o Apolo el profeta.

También eran descritas como hijas de Zeus y las convocaban a las reuniones en el Olimpo.

En número de ninfas es infinito y se dividen en dos grandes clases. La primera de ellas son las que se consideran de divinidad inferior en culto a la naturaleza y la segunda son las personificaciones de tribus, razas y estados, como Cirene y otras.

Las de primera clase en su culto a la naturaleza se dividen a su vez en varias especies según las diferentes partes de la naturaleza de las que sean representativas:

Ninfas del elemento acuático. Ninfas del océano. Por un lado están las hijas del Océano y después las Nereidas, que son ninfas del Mediterráneo o del mar interior, hijas de Nereo. Los ríos eran representados por las Potámides y eran bautizadas según sus ríos.

Ninfas de las montañas y grutas que a veces también se las conocía por nombres derivados de las montañas en concreto donde habitaban.

Ninfas de los bosques, praderas y arboledas. Son las que a veces se aparecían y asustaban a los viajeros solitarios.

Ninfas de los árboles, se creía que morían junto con los árboles en los que vivían y con los que habían llegado a existir.

En la segunda fase de ninfas que se relacionaban con ciertas razas o localidades tenían el nombre de los lugares con los que estaban asociadas, como Dodónidas, Nisíadas o Lemnias.

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La Sibila de Cumas

Natural de Eritrea, una ciudad muy importante de Jonia, en la costa oeste de la actual Turquía.

Era hija de una ninfa y de Teodoro.

Nació en una gruta del monte Córico con el don de la profecía y sus predicciones las hacía en verso.

Era conocida como la Sibila de Cumas porque la mayor parte de su vida la pasó en la ciudad con el mismo nombre "Cumas", en la costa de Campania - Italia.

Se la ha considerado como una de las diez sibilas más importantes conocidas.

También se la llamaba Deífoba, que significa deidad o forma de dios.

Apolo inspiraba las profecías de las sibilas y a la de Cumas prometió concederle un gran deseo.

La sibila cogió un puñado de arena en su mano y le pidió vivir tantos años como partículas de tierra había cogido, pero se le olvidó pedir la juventud eterna y con los años comenzó a envejecer, de tal manera que tuvieron que encerrarla en una jaula que colgaron del templo de Apolo en Cumas.

Dice la leyenda que vivió nueve vidas de 110 años cada una.

Según recoge la Eneida, se dice que la Sibila de Cumas en una ocasión guió a Eneas, príncipe troyano, a través de Hades, pera visitar a su padre Anquises.

También se presentó ante el rey romano Tarquinio de Soberbio como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente alto y desorbitado.

Tarquinio se negó porque pensó en conseguirlos más baratos y la Sibila destruyó tres de los libros. Después le ofreció los seis restante al mismo precio que al principio, pero Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres.

Como el rey temía que desaparecieran todos, aceptó comprar los tres últimos, pero pagó por ellos el precio que la sibila había puesto desde el principio por los nueve que le había ofrecido.

Los tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter y se consultaban en situaciones muy especiales.

En 83 a.C., el fuego destruyó los llamados "Libros Sibilinos" originales y se tuvo que hacer una colección nueva, que también fue destruida en 405, por lo que no ha llegado hasta nuestros días.

Estos libros ejercieron una gran influencia para la religión romana hasta el reinado de Augusto.

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Casandra "La que enreda a los hombres"

Hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya.

Casandra en griego antiguo Κασσάνδρα, ‘la que enreda a los hombres’.

Casandra fue sacerdotisa de Apolo y con él hizo un pacto. A cambio de un encuentro carnal le concedería el don de la profecía.

Pero Casandra no lo hizo, recibió a los arcanos de la adivinación pero rechazó el amor del dios y éste cuando se vio traicionado la maldijo escupiéndole en la boca. En otras versiones se dice que en este acto se supone que perdía el don que había adquirido, pero con Casandra no ocurrió así.

En Orestes, Casandra prometió a Apolo que se convertiría en su consorte. Al no cumplirlo, desató la ira de Apolo.

Casandra siguió teniendo el don pero nadie creía en sus pronósticos.

Pasó el tiempo y Casandra hizo el anuncio de una profecía, la caída de Troya, pero nadie le hizo caso ni le dio crédito a este vaticinio.

La muerte de Agamenón y su propia desgracia fueron incapaces de evitar la tragedia por la gran maldición de Apolo y la incredulidad de sus profecías.

La familia de Casandra creía que estaba loca, incluso la mantuvieron encerrada en casa o encarcelada, esto la hace enloquecer.

Cuando terminó la guerra de Troya, durante el saqueo de la ciudad, Áyax, hijo de Oileo, se encontró a Casandra refugiada bajo un altar dedicado a Atenea.

Casandra se agarraba a la estatua sagrada de la diosa, pero aun con los ruegos que le hizo a Áyax, no consiguió nada y éste la arrastró junto con la estatua.

Dícen que Áyax la violó en aquel lugar y otras versiones cuentan que el sacrilegio cometido por Áyax había consistido en no respetar la estatua sagrada de la diosa.

Estos hechos condenaron al guerrero. Poseidón ante la humillación hacia Atenea, hundió el barco de Áyax al provocar una tormenta en las cercanías del promontorio de las rocas Giras, donde Áyax murió ahogado o clavado a las rocas por el tridente de Poseidón.

Casandra fue entregada más tarde como concubina al Rey Agamenón de Micenas. Éste ignoraba que mientras estaba en la guerra de Troya, su esposa Clitemnestra había comenzado un romance con Egisto.

Cuando Agamenón regresó a Micenas con Casandra, Clitemnestra le pidió a su marido que caminara por encima de una alfombra morada, que es el color que simboliza a los dioses.

Casandra le pidió y suplicó a Agamenón que no lo hiciera, pero el Rey la ignoró y cruzó la alfombra, cometiendo un sacrilegio.

Clitemnestra y Egisto asesinaron a los dos.

Según algunas versiones, Casandra y Agamenón habían tenido gemelos: Telédamo y Pélope, que también fueron asesinados por Egisto.

Hay otra versión que dice que Casandra pasaba las noches en el templo de Apolo con su hermano gemelo Héleno. Las serpientes del templo le chupaban y limpiaban sus orejas, por esta razón era capaz de oír el futuro.

También se dice que Casandra consiguió la habilidad de entender el idioma de los animales en lugar de conocer el futuro.

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